Política

El actual gobierno empezó la campaña de desmalvinización y entrega a Kasanzew el trabajo sucio

Bajo el pueril argumento de no existir fondos para la recordación de la gesta empieza la campaña de desmalvinización

  • 20/03/2024 • 19:57

El actual gobierno empezó la campaña de desmalvinización y entrega a Kasanzew el trabajo sucio .

Bajo el pueril argumento de no existir fondos para la recordación de la gesta empieza la campaña de desmalvinización . El extraño anuncio ni siquiera se realizó desde el Poder Ejecutivo Nacional sino que se encomendó al actual director de Gesta de Malvinas del Senado, Nicolás Kasanzew, a través de una publicación en sus redes sociales. 

Desde hace mas de 40 años, a partir de la derrota y el fin de la Guerra de Malvinas, se instaló un discurso digitado en el sistema conocido como desmalvinización. Llevado adelante por el Estado,  como por los medios de comunicación, para forjar en el imaginario de las masas la idea de que es imposible derrotar a las potencias.

Otro de los argumentos que se difunden ampliamente por reconocidos intelectuales y comunicadores de un amplio arco político es el que podemos encontrar en "Malvinas: una visión alternativa" en el cual participaron Jorge Lanata, Juan José Sebreli, Roberto Gargarella, Marcos Novaro, Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, y Beatriz Sarlo. En esta declaración proponen abandonar el reclamo de soberanía y reivindican la autodeterminación de la población de las islas.

Sin embargo en este caso en particular, que es omitido y negado por estos intelectuales, es que la población que hoy habita el territorio de las Islas Malvinas fue implantada por el colonialismo inglés durante el siglo XIX luego de la invasión y conquista del archipiélago y también que la mitad es parte de la base que la OTAN instaló luego de la guerra.

Por último otro de los sentidos comunes que dan forma a la desmavilización es aquel que ubica a los ex combatientes como víctimas de la irresponsabilidad política de la junta militar como niños de la guerra. Esto implica reemplazar la idea de “héroe” por la de chicos indefensos que fueron enviados a morir por responsabilidad de los propios argentinos. Incluso en algunos análisis, como los de León Rozitchner [7]. llama “cómplices” al conjunto de la sociedad por la muerte de los soldados al apoyar la causa contra el imperialismo inglés. Esto es correcto: la mayoría de las fuerzas argentinas durante la guerra eran jóvenes conscriptos, sin experiencia militar, inclusive de zonas más cálidas como Corrientes, en lugar de soldados profesionales que quedaron estacionados en el continente o voluntarios, particularmente patagónicos que se alistaron para la guerra. Pero esto fue así por el objetivo que tenía la Junta militar, como ya señalamos anteriormente, de negociar un acuerdo de soberanía. Por su carácter dependiente y proimperialista no lo iba a enfrentar hasta el final, negando la reivindicación de los ex combatientes por la búsqueda de reconocimiento por parte del Estado y su defensa de la soberanía nacional.

Conclusiones

A lo largo del recorrido de este artículo se puede ver como el peronismo, radicalismo y macrismo se dedicaron a llevar solo pronunciamientos sobre el reclamo de soberanía en el plano de la diplomacia, mientras que omitían y ocultaban la guerra de la discusión cotidiana. Estas fuerzas son incapaces de desafiar el poder del imperialismo porque son representantes de la clase capitalista nacional atada económicamente al capital extranjero.

La implantación del discurso de desmalvinización fue y aún hoy es funcional para los intereses del imperialismo y su expoliación de los recursos nacionales. El avance de las privatizaciones, extranjerización de la economía, el continuo pago de la fraudulenta deuda externa de los años posteriores a la guerra, fue en parte facilitado por este discurso que desmoviliza la lucha antiimperialista por el reclamo de la soberanía sobre Malvinas. Llevada adelante por los distintos gobiernos y por parte de intelectuales y comunicadores, la política desmalvinizadora es funcional y abona a la idea de resignación frente al imperialismo, a la idea de que no se lo puede enfrentar, que no hay alternativa más que pagar la deuda externa.